
En 1987, Jim White, un experimentado entrenador de fútbol americano, se ve inesperadamente despedido de su puesto en una escuela secundaria de Boise, Idaho. Con su carrera en pausa, White acepta una oferta para trabajar como entrenador en McFarland, un pequeño y modesto pueblo de California, habitado en su mayoría por inmigrantes hispanos que trabajan en el sector agrícola. La decisión, inicialmente difícil, marcará un antes y un después en su vida profesional y personal.
Al llegar a McFarland, White se enfrenta a un escenario completamente diferente al que conocía. La escuela no cuenta con grandes recursos ni con el apoyo que él había tenido en Boise. Sin embargo, el entrenador no se rinde ante las adversidades y, aunque su objetivo inicial era trabajar con el equipo de fútbol americano, acaba dirigiendo a un grupo de jóvenes en una disciplina desconocida para ellos: las carreras de campo a través.
Los estudiantes de McFarland, muchos de ellos provenientes de familias que trabajan en los campos de cultivo, poseen una gran resistencia física debido a las exigencias de su entorno, pero carecen de conocimientos sobre este deporte en particular. A pesar de las limitaciones, White descubre que estos jóvenes tienen un potencial increíblemente valioso, no solo en términos de capacidad atlética, sino también en su determinación y ética de trabajo. Con su orientación y dedicación, les enseña las técnicas y estrategias necesarias para competir en el campo a través, un deporte que demanda perseverancia, concentración y trabajo en equipo.