
María, ¡Me muero! (2024) presenta una comedia hilarante que revoluciona el género al convertir la hipocondría en su protagonista. Pablo, un hombre convencido de que cada estornudo es señal de una enfermedad mortal, vive atrapado en su miedo constante a la muerte. Su único consuelo: su esposa, María, quien aguanta con paciencia cada ataque de paranoia, recetándole remedios caseros y lidiando con sus catástrofes imaginarias. La película sigue esta dinámica doméstica: de la risa nerviosa cuando Pablo cree tener enfermedades raras, al ternurismo profundo de María al consolarlo una y otra vez.
A través de personajes entrañables y situaciones de comedia situacional, María, ¡Me muero! explora temas universales como la ansiedad, el amor incondicional y el absurdo de preocuparse por lo peor sin motivo. Con diálogos ágiles, escenas cotidianas disparatadas y un montaje que mantiene el ritmo perfecto, el filme genera carcajadas sin perder el corazón. La combinación del carisma de los actores, la dirección ingeniosa de Aníbal Herrera, y un guion que sabe jugar entre lo cómico y lo humano, convierte esta historia en una comedia romántica y costumbrista que resuena con cualquiera que alguna vez haya sentido miedo o amor en exceso.
Ideal para aliviar la tensión y reírse de los propios miedos, María, ¡Me muero! ofrece 1 h 36 m de diversión inteligente, emocional y muy humana. Una experiencia cinematográfica que demuestra que reír ante la propia fragilidad puede ser la mejor medicina.