
En una remota y aparentemente tranquila población rural del estado de Virginia, comienzan a surgir inquietantes reportes sobre la desaparición de varias mujeres. Los casos, sin conexión aparente entre sí, rápidamente captan la atención de las autoridades federales debido a lo inusual de las circunstancias. Ante la creciente preocupación de la comunidad local y la falta de avances por parte de las fuerzas policiales del condado, el FBI decide intervenir y envía a dos de sus agentes más experimentados: Fox Mulder y Dana Scully.
Ambos agentes, conocidos por su participación en casos que desafían lo convencional, arriban al pueblo con la esperanza de arrojar luz sobre el misterio. Mulder, con su enfoque abierto a lo paranormal, y Scully, con su rigor científico y escepticismo, comienzan una investigación que pronto revela una red de secretos ocultos bajo la superficie de la comunidad.
A medida que interrogan a los habitantes y examinan la escena de las desapariciones, los agentes encuentran inconsistencias en los testimonios y una extraña renuencia colectiva a hablar del tema. Algunos detalles, sin embargo, empiezan a perfilar un patrón inquietante. Fragmentos de pruebas, documentos parcialmente destruidos y una serie de coordenadas anónimas los conducen hasta una antigua instalación abandonada en las afueras del pueblo.