
David, un joven argentino, se encuentra en un hotel europeo sumido en la tristeza tras una fuerte discusión con su novio. Devastado por el conflicto, toma la dolorosa decisión de regresar a Buenos Aires, un viaje que no solo implica el regreso a su país, sino también el reencuentro con una familia de la que ha intentado distanciarse.
Al llegar, se enfrenta a una realidad ineludible: su padre, en estado vegetativo, lleva tiempo internado en un hospital. La relación entre ambos siempre fue distante, marcada por la enfermedad y el paso del tiempo, pero ahora David no puede ignorar la gravedad de la situación. Su madre, Dora, ha sido el pilar de la familia, cargando con el peso del cuidado de su esposo durante años. Finalmente, después de una profunda reflexión, toma la difícil decisión de desconectarlo, poniendo fin a su sufrimiento y al prolongado desgaste emocional de todos.
La muerte del padre impacta profundamente a David, acentuando su sensación de pérdida y soledad. La reciente ruptura con su novio y la despedida definitiva de su padre lo sumergen en un estado de vulnerabilidad. Dora, aunque aparenta fortaleza, también enfrenta el duelo a su manera. Madre e hijo, unidos por el dolor pero distantes en su manera de procesarlo, buscan la forma de sostenerse mutuamente.
En medio de la tristeza, comienzan a reencontrarse. Las conversaciones sinceras, los silencios compartidos y los momentos de intimidad que antes parecían imposibles los acercan de una manera inesperada. David, atrapado en el miedo a la soledad, descubre que no está tan solo como creía, mientras que Dora se permite abrir un espacio de cercanía con su hijo, dejando atrás la rutina y las barreras del pasado.