
En un mundo donde los límites del entretenimiento se han desdibujado y la moral ha sido relegada a un segundo plano, nace un reality show extremo que lleva la violencia a su máxima expresión. La premisa es tan brutal como impactante: diez condenados a muerte son enviados a una isla desierta, armados y vigilados por cámaras las 24 horas, donde deberán enfrentarse entre sí hasta que solo uno quede con vida.
Uno de estos participantes es el protagonista de esta historia, un hombre marcado por su pasado y por las decisiones que lo llevaron a la pena capital. Sin embargo, al pisar la isla, pronto descubre que la ejecución oficial que esperaba ha sido reemplazada por algo aún más despiadado: un sangriento concurso transmitido en directo por internet a una audiencia global sedienta de violencia y espectáculo.
En este juego macabro, no hay reglas más allá de una: matar o morir. Cada participante es un asesino con una historia distinta, algunos despiadados, otros desesperados, todos peligrosos. Lo que comienza como una simple lucha por la supervivencia se transforma en una guerra psicológica, donde la traición, la estrategia y los instintos más primitivos salen a flote. Las alianzas son fugaces, la confianza es un lujo, y la compasión se paga con la vida.