
El Cruzado Encapuchado, conocido por su eterna lucha contra el crimen en Gotham City, se ve obligado a aceptar una situación fuera de lo común: un descanso. Después de años enfrentando los peores villanos y superando adversidades sin pausa, Batman se encuentra en una «vacación» forzada, una decisión que no le entusiasma en lo más mínimo. Esta inusual pausa ha sido organizada por sus compañeros, Batgirl y Nightwing, quienes insisten en que el héroe necesita tiempo para descansar y recuperarse. La tensión está en el aire, ya que Gotham sigue siendo un hervidero de amenazas, pero esta vez será vigilada por alguien más.
Mientras Batman está fuera, Superman y la Liga de la Justicia tomarán el control de la vigilancia en Gotham. La ciudad, siempre al borde del caos, se encuentra bajo la protección de los héroes más poderosos del planeta. Superman, con su increíble fuerza y visión de rayos X, se encargará de mantener a raya los peligros, mientras que los demás miembros de la Liga vigilan desde las sombras. A pesar de la imponente presencia de estos héroes, la situación en Gotham es única, y no todos los problemas pueden ser resueltos con solo poder físico.
El compromiso de Superman y la Liga de la Justicia para proteger Gotham, aunque tranquilizador, deja a Batman con una sensación de desconfianza. Durante años, él ha sido el único protector de la ciudad, manejando sus problemas a su manera y sin depender de nadie. La idea de dejar que otros asuman su papel como guardianes de la ciudad no es algo que le siente bien. A pesar de la presión por su descanso, el Caballero Oscuro sigue siendo un vigilante preocupado, incapaz de evitar pensar en lo que podría suceder mientras no está presente.
Batgirl y Nightwing, quienes lo acompañan en este receso, lo instan a relajarse y tomar un respiro, sabiendo lo agotador que ha sido su incansable lucha. Sin embargo, a medida que el tiempo pasa, Batman sigue sintiendo el peso de la responsabilidad sobre sus hombros. Aunque se encuentra alejado de Gotham, el deseo de proteger su ciudad nunca desaparece, y la preocupación por su seguridad lo persigue, incluso cuando no está allí para enfrentarla.