
María Estuardo, reina de Escocia, vivió una vida marcada por la tragedia, la intriga y los conflictos dinásticos. Nacida en 1542, María ascendió al trono escocés cuando apenas era una bebé, tras la muerte de su padre, Jacobo V. Su infancia transcurrió en la corte francesa, donde fue educada como parte de la familia real. A los 15 años, se casó con Francisco II de Francia, lo que la posicionó como una figura clave en la política europea. Sin embargo, la muerte prematura de Francisco en 1560 cambió el rumbo de su vida. Viuda y a una edad temprana, María regresó a Escocia, su país natal, para tomar el control del trono.
Al regresar a Escocia, se enfrentó a una serie de desafíos internos. El país estaba dividido por la reforma protestante y las tensiones religiosas, con la mayoría de la población adoptando el protestantismo mientras ella permanecía fiel al catolicismo. Este conflicto interno, sumado a su difícil situación política, pronto se amplió al escenario internacional, cuando María empezó a reclamar su derecho al trono inglés. Su prima Isabel I de Inglaterra, la monarca protestante, representaba el mayor obstáculo para su ambición.
Las dos reinas eran primas cercanas, pero sus diferencias religiosas y políticas hicieron de su relación algo extremadamente tenso. María, que descendía de la hermana de Enrique VIII, Catalina de Aragón, veía su reclamo a la corona inglesa como legítimo, ya que Isabel, hija de Enrique VIII y Ana Bolena, era considerada ilegítima por muchos católicos. Sin embargo, Isabel, temerosa de las implicaciones que tendría reconocer a María como heredera, se convirtió en una rival feroz.
A lo largo de su reinado, María trató de ganarse la simpatía de los nobles y el pueblo inglés, pero sus esfuerzos fueron en vano. La rivalidad entre ambas monarcas culminó en una serie de complots y conspiraciones. Finalmente, después de años de tensiones y fracasos, María fue arrestada y encarcelada por Isabel en 1586, bajo acusaciones de conspiración para asesinar a la reina inglesa.
En 1587, tras casi 20 años de cautiverio, María Estuardo fue ejecutada por orden de Isabel, poniendo fin a una de las rivalidades más intensas de la historia europea. La vida de María Estuardo, llena de tragedia y traición, sigue siendo un testimonio del drama político y personal que definió su tiempo.