
En una remota aldea en la isla de Carpatia, Yuri, una joven campesina, ha crecido inmersa en el temor hacia una criatura mítica llamada ochi. Esta especie, esquiva y rara, es vista por los aldeanos como una amenaza peligrosa, cuyos actos son considerados impredecibles y letales. Desde pequeña, Yuri fue instruida a temerles y a evitar cualquier contacto con ellos, ya que las historias de los mayores señalaban al ochi como una especie maldita, responsable de numerosos males en la región.
Sin embargo, todo lo aprendido en su infancia se pone en duda cuando, un día, Yuri encuentra algo inesperado en el bosque: un bebé ochi herido. La criatura, completamente vulnerable, parece haber sido abandonada por su propia especie, y su frágil estado despierta una sensación de compasión en el corazón de Yuri. Lejos de ver al bebé como un monstruo o una amenaza, la joven siente la urgencia de protegerlo, cuestionando por primera vez las enseñanzas que le fueron impuestas.
Decidida a ayudarlo, Yuri toma la arriesgada decisión de llevar al bebé ochi de regreso a su casa, con la esperanza de curarlo y brindarle los cuidados que necesita para sobrevivir. Sin embargo, este acto de bondad no está exento de peligros. En su comunidad, donde el temor al ochi es profundo, su comportamiento podría ser visto como una traición. Los aldeanos consideran a los ochis enemigos naturales, por lo que proteger a uno de ellos podría convertir a Yuri en una paria.