
La investigación de los asesinatos de Tupac Shakur en 1996 y The Notorious B.I.G. en 1997, dos de los artistas más influyentes del rap, ha sido un enigma durante más de dos décadas. En su libro LAbyrinth, Randall Sullivan explora en profundidad estos crímenes, abordando las complejidades y misterios que los rodean y las controversias sobre las investigaciones.
Ambos asesinatos ocurrieron en un contexto de rivalidad feroz entre la costa Oeste y la costa Este de Estados Unidos, alimentada por la competencia entre los sellos discográficos Death Row Records y Bad Boy Records. Tupac, cuya carrera estuvo marcada por la controversia, la violencia y los conflictos con otros artistas, fue asesinado a tiros en Las Vegas el 13 de septiembre de 1996. Su muerte dejó un rastro de dudas, teorías y pistas no resueltas.
Apenas un año después, el 9 de marzo de 1997, Christopher Wallace, conocido como The Notorious B.I.G., fue también asesinado en Los Ángeles en circunstancias igualmente misteriosas. La muerte de Biggie Smalls avivó las especulaciones sobre la conexión entre ambos crímenes y sobre las razones que motivaron estos asesinatos, que fueron rápidamente vinculados a la rivalidad entre las dos escenas del rap, pero también a intereses más oscuros, como el crimen organizado y las disputas internas en la industria musical.
En LAbyrinth, Sullivan se centra en la investigación de estos crímenes, en particular en el trabajo del detective Russell Poole, quien investigó el asesinato de Biggie Smalls. Poole se enfrentó a múltiples obstáculos, desde la corrupción dentro del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) hasta las dificultades para acceder a pruebas y testimonios clave. Sullivan también analiza las complicidades dentro de las fuerzas del orden y cómo la investigación se vio obstaculizada por intereses que querían proteger a ciertos implicados.