
La historia de Cenicienta es un clásico atemporal que ha cautivado a generaciones con su mensaje de esperanza, bondad y la magia de los sueños. En su versión más conocida, la joven protagonista se ve sometida a una vida de sufrimiento y trabajo arduo debido a la crueldad de su madrastra. Esta mujer despiadada, junto con sus dos hijas, obliga a Cenicienta a realizar todas las tareas del hogar, relegándola al papel de sirvienta y dejando de lado su belleza y su dignidad. A pesar de la situación opresiva, Cenicienta nunca pierde su bondad ni su capacidad para soñar con un futuro mejor.
La oportunidad de cambiar su destino llega cuando se organiza un gran Baile Real al que asisten los nobles y las personas más importantes del reino. Todos los ojos están puestos en el príncipe, quien busca a su futura esposa. Este evento es el sueño hecho realidad de muchas jóvenes, pero la cruel madrastra de Cenicienta se asegura de que su hijastra no tenga la posibilidad de asistir. Le impide ir al baile, incluso cuando Cenicienta, esperanzada, se prepara con su vestido más bonito y sus mejores intenciones.
Sin embargo, lo que parecía ser un sueño roto, se convierte en una aventura mágica gracias a la intervención de algunos aliados inesperados. Los ratones Gus y Jaq, quienes siempre han sido los amigos leales de Cenicienta, hacen todo lo posible para ayudarla. Juntos, enfrentan obstáculos y logran transformar el vestido de Cenicienta en una prenda digna de una princesa. La magia no se detiene ahí, pues su Hada Madrina, una figura llena de poder y ternura, aparece en el momento justo para hacer realidad lo imposible.
Con un toque de varita mágica, el Hada Madrina convierte una calabaza en un espléndido carruaje y los ratones en caballos. Además, transforma a Cenicienta en una figura resplandeciente con un vestido que brilla como las estrellas. La joven, ahora transformada en una princesa, puede asistir al baile, pero con una condición: debe regresar antes de la medianoche, cuando el hechizo se romperá.