La historia de Kick-Ass, uno de los cómics más emblemáticos de la década de 2000, presenta un giro fresco y audaz en la idea tradicional del superhéroe. A diferencia de los superhéroes clásicos, quienes poseen poderes extraordinarios o habilidades entrenadas, el protagonista de esta historia, Dave Lizewski, es un adolescente común y corriente que decide, sin ninguna razón obvia o habilidades especiales, convertirse en un superhéroe. Este simple acto de valentía, impulsado por su amor por los cómics, pone en marcha una serie de eventos inesperados que no solo desafiarán su visión del mundo, sino que también lo transformarán en una figura central en una realidad más peligrosa de lo que imaginaba.
Dave Lizewski vive una vida sencilla y relativamente ordinaria en una ciudad estadounidense promedio. Es un estudiante de secundaria que, como muchos otros adolescentes, se siente algo desconectado de los eventos que ocurren en su entorno. Su vida, aunque no es particularmente trágica, está marcada por la rutina diaria y la falta de una verdadera emoción. La mayor parte de su tiempo libre lo dedica a su amor por los cómics, un pasatiempo que lo lleva a fantasear sobre la posibilidad de convertirse en un superhéroe. Sin embargo, a pesar de sus sueños de lucha contra el crimen y de hacer el bien, Dave es completamente consciente de que carece de cualquier habilidad especial que lo haga apto para semejante tarea.
En este contexto, el deseo de Dave de convertirse en un héroe es un claro reflejo de una figura típica de los cómics: el «hombre común» que, aunque sin cualidades excepcionales, sueña con emular a sus ídolos. Sin embargo, a diferencia de otros personajes de cómics que poseen habilidades sobrehumanas, Dave no tiene superpoderes, ni entrenamiento en artes marciales, ni recursos económicos para crear un traje sofisticado. De hecho, su decisión de asumir la identidad de Kick-Ass está completamente motivada por su amor a los cómics, lo que resalta un tema recurrente en la historia: la fascinación y admiración por los superhéroes, incluso cuando no se cuenta con las herramientas necesarias para ser uno.
A pesar de ser un adolescente con pocas habilidades, Dave se siente impulsado a dar el paso hacia la acción. Siente que la vida de un superhéroe es lo suficientemente emocionante como para justificar el riesgo de poner en peligro su propia seguridad. Además, tiene la firme convicción de que su deseo de hacer el bien puede, de alguna manera, compensar su falta de habilidades. En su mente, la idea de ser un héroe no se basa en ser un ser sobrehumano, sino en tomar la decisión de actuar, aun cuando el resultado no sea necesariamente exitoso.
El primer paso en la transformación de Dave hacia Kick-Ass ocurre cuando decide crear su propio traje, inspirado en los héroes de los cómics que tanto admira. La elección de un traje verde y negro sencillo, junto con una máscara que oculta su identidad, refleja tanto la falta de recursos de Dave como su deseo de mantener un toque de anonimato, a pesar de no tener la necesidad real de ocultarse. Dave, como la mayoría de los adolescentes que intentan encajar en un mundo que a menudo los subestima, anhela ser reconocido y aceptado. En su mente, la elección de vestirse como un superhéroe es el primer paso para conseguir algo más grande que él mismo.
A pesar de la buena intención de Dave, la realidad de ser un superhéroe no tarda en golpearlo con una dureza inesperada. En su primer intento de intervenir en una pelea callejera, es gravemente herido, lo que subraya el hecho de que no está preparado para los peligros del mundo real. Este primer fracaso también pone en evidencia uno de los temas más interesantes de la obra: la exploración de la vulnerabilidad humana. A pesar de sus ideales de heroísmo, Dave es, en muchos aspectos, tan frágil y limitado como cualquier otra persona. Sin poderes ni entrenamiento, su deseo de hacer el bien rápidamente se ve opacado por las consecuencias físicas y emocionales de sus acciones.
Sin embargo, el fracaso de Dave no lo detiene. Después de su brutal paliza, Dave sigue adelante con su misión, y en lugar de rendirse, su personaje se fortalece a través de la adversidad. Esta resiliencia es lo que lo convierte en una figura interesante dentro del género de superhéroes, ya que su historia pone en tela de juicio la noción de que ser un héroe requiere habilidades extraordinarias. Dave demuestra que incluso alguien sin poderes puede tener un impacto en el mundo, aunque este impacto no siempre sea el que espera.
A medida que Dave avanza en su carrera como Kick-Ass, se encuentra con personajes que son mucho más competentes en la lucha contra el crimen de lo que él nunca podría haber imaginado. Un giro importante en la trama ocurre cuando conoce a Big Daddy y su hija Hit-Girl, dos justicieros que operan con un enfoque mucho más violento y efectivo que Dave. A diferencia de él, que es un novato inexperto, Big Daddy y Hit-Girl son expertos en el combate, y sus métodos de lucha son letales. Esta pareja de justicieros representa una crítica a la visión idealizada de los superhéroes y revela una parte oscura de la lucha contra el crimen, algo que Dave no había considerado al tomar su decisión.
Big Daddy y Hit-Girl no solo están dispuestos a luchar con los villanos de la misma forma que lo hacen los superhéroes clásicos, sino que están dispuestos a ir mucho más allá, utilizando violencia extrema y sin miedo al sacrificio. Este contraste entre los métodos de Dave y los de estos personajes más experimentados genera una reflexión sobre la moralidad y las implicaciones del acto heroico. Mientras que Dave es un joven con ideales puramente altruistas, los métodos de Big Daddy y Hit-Girl son mucho más pragmáticos y cuestionables, lo que plantea una pregunta central sobre lo que significa ser un héroe en un mundo lleno de violencia y corrupción.
Además, la historia de Kick-Ass no se limita a la lucha entre el bien y el mal, sino que también aborda las consecuencias personales de convertirse en un héroe. A medida que Dave se involucra más en el mundo de los superhéroes y el crimen organizado, su vida personal y social comienza a desmoronarse. Su relación con sus amigos y su familia se ve afectada, y la tensión entre su identidad secreta y su vida cotidiana se convierte en un tema recurrente. Este conflicto interno es otra de las características que lo separa de los superhéroes convencionales, quienes generalmente llevan vidas doblemente ocultas, pero con habilidades que les permiten mantener ese equilibrio de manera más efectiva.