Incitadores

Rory y Cobby forman un dúo inesperado e inusual, un padre desesperado y un exconvicto unidos por la necesidad y la desesperación. Rory, un hombre que ha tocado fondo, ve en un asalto la única solución para salvar a su familia de una crisis financiera inminente. Cobby, recién salido de la cárcel, es su único recurso. Aunque no es la compañía ideal, Cobby acepta la oferta, atraído por la posibilidad de obtener algo de dinero fácil y, quizás, la redención que ha estado buscando desde que recuperó su libertad.

El plan, aunque arriesgado, parece sencillo: un robo rápido y limpio que les permitirá salir del apuro sin dejar rastro. Pero como suele suceder con los planes mal concebidos, todo se sale de control. Desde el momento en que el asalto comienza, las cosas empiezan a ir mal. Lo que debía ser un trabajo fácil se convierte rápidamente en una pesadilla cuando un giro inesperado los deja atrapados en una situación caótica.

A medida que el plan se desmorona, Rory y Cobby se ven obligados a improvisar, huyendo de la escena del crimen con las manos vacías y con la policía pisándoles los talones. Las diferencias entre ellos comienzan a surgir, ya que Rory, quien solo deseaba proteger a su familia, se enfrenta a la realidad de haber puesto su vida en manos de un criminal impredecible. Por otro lado, Cobby, acostumbrado a lidiar con lo inesperado, trata de mantener la calma, pero incluso él siente la presión de un trabajo que salió terriblemente mal.

En medio del caos, se les une un tercer miembro inesperado: la terapeuta de Rory, una mujer perspicaz y empática que había estado tratando de ayudarlo a lidiar con su estrés y ansiedad. Al principio, su presencia parece un error catastrófico, pero rápidamente se convierte en una aliada crucial. Con su conocimiento psicológico y su capacidad para analizar situaciones complejas, comienza a jugar un papel clave en la dinámica del grupo.

Juntos, este trío improbable se enfrenta a una serie de obstáculos que incluyen no solo la persecución implacable de la policía, sino también a burócratas corruptos que buscan sacar provecho de la situación y un jefe criminal vengativo que no está dispuesto a dejar que Cobby se salga con la suya. Mientras huyen, las tensiones aumentan, y las diferencias entre ellos se hacen más evidentes. Rory lucha con el peso de sus decisiones, Cobby con la realidad de su vida de crimen, y la terapeuta con la extraña situación en la que se encuentra, muy lejos de su consulta y sus sesiones de terapia.

A lo largo de su huida, la necesidad de cooperación se convierte en un tema central. Cada uno de ellos aporta algo diferente al grupo: la determinación de Rory, la experiencia callejera de Cobby y la perspicacia emocional de la terapeuta. Juntos, deben navegar por una serie de desafíos que van desde el engaño hasta la violencia, mientras intentan mantenerse un paso adelante de sus perseguidores.

El clímax de la historia llega cuando se enfrentan al jefe criminal, un hombre despiadado que busca venganza. Es en este punto donde sus habilidades y su unidad como equipo se ponen a prueba. A pesar de ser un grupo tan dispar, logran superar las dificultades gracias a la inesperada cohesión que desarrollan a lo largo de su viaje.

En última instancia, el escape no solo implica alejarse de sus enemigos, sino también enfrentar sus propios demonios internos. Al final, Rory, Cobby, y la terapeuta salen transformados por la experiencia, habiendo aprendido lecciones sobre la confianza, la redención, y la importancia de las segundas oportunidades.