
Con el final del verano, Harry Potter cuenta los días para abandonar la casa de sus insoportables tíos, los Dursley, y regresar a Hogwarts, el lugar donde realmente se siente en casa. Sin embargo, lo que parecía ser el inicio de un nuevo curso escolar lleno de magia y aventuras, se ve interrumpido por una visita inesperada que cambia el rumbo de sus planes.
En la soledad de su habitación, Harry recibe la sorpresiva aparición de Dobby, un elfo doméstico que se muestra profundamente preocupado por su bienestar. Con una mezcla de temor y urgencia, Dobby le advierte que si regresa a Hogwarts este año, su vida correrá un grave peligro. El elfo, con métodos algo peculiares y caóticos, intenta por todos los medios evitar que Harry vuelva al colegio de magia, incluso saboteando sus posibilidades de salir de casa.
A pesar de las advertencias y los inconvenientes causados por Dobby, la lealtad de sus amigos vuelve a ser clave en la vida del joven mago. Ron Weasley, junto con sus hermanos Fred y George, acuden al rescate de Harry de una manera tan alocada como ingeniosa: en un coche volador que toman prestado de su padre. El escape nocturno desde Privet Drive no solo es emocionante, sino que marca el inicio de otro año en el que la amistad y el valor serán fundamentales.
Una vez a salvo, Harry es recibido con cariño por la familia Weasley, quienes le ofrecen un verdadero hogar y un calor familiar que contrasta profundamente con el ambiente frío y hostil de la casa de sus tíos. Este refugio temporal en La Madriguera le permite recuperar fuerzas y prepararse para lo que será un curso escolar especialmente complejo.