
En un mundo donde la alquimia representa tanto una bendición como una carga, los hermanos Edward y Alphonse Elric enfrentan su prueba más oscura. Tras años de buscar la redención por los errores cometidos en su niñez —intentar revivir a su madre a través de la alquimia prohibida—, ahora se ven atrapados en una tormenta aún mayor. Una figura enigmática ha comenzado a emerger desde las sombras, marcando uno por uno a los Alquimistas del Estado, acusándolos de cometer actos impíos y de haber transgredido las leyes divinas.
Este misterioso vengador no solo expone los pecados ocultos de aquellos que sirvieron ciegamente al gobierno, sino que también cuestiona el verdadero propósito de la alquimia y la moral de quienes la practican. Edward y Alphonse, aunque motivados por un deseo genuino de corregir sus errores y recuperar sus cuerpos perdidos, se ven ahora señalados como parte del mismo sistema corrupto. La caza contra los Alquimistas del Estado los coloca en una posición delicada: son perseguidos por sus enemigos y, a la vez, cuestionados por aquellos que antes los apoyaban.
Como si esto no fuera suficiente, los homúnculos —seres artificiales con poderes sobrenaturales y una conexión directa con la piedra filosofal— resurgen con renovada fuerza. Cada uno encarna uno de los pecados capitales y posee conocimientos oscuros que desafían la comprensión humana. Su regreso no es coincidencia: parecen estar ligados a la misma fuerza que mueve a este nuevo antagonista, en una compleja red de conspiraciones, venganzas y ambiciones que se remontan al origen mismo de la alquimia.