
En la madrugada del 1 de enero de 2009, en el andén de la estación de Fruitvale, en Oakland, California, se produjo un hecho que conmocionó a Estados Unidos y desató una ola de protestas y debates sobre el racismo sistémico y la brutalidad policial. Oscar Grant, un joven afroamericano de 22 años, fue asesinado por un agente de la policía del sistema de transporte BART mientras estaba desarmado y esposado. Esta tragedia real es el eje central de Fruitvale Station, un poderoso retrato cinematográfico que reconstruye las últimas 24 horas de la vida de Oscar.
La película, dirigida por Ryan Coogler, ofrece una visión íntima y profundamente humana de Oscar Grant, más allá de los titulares de prensa. A lo largo del día, Oscar se cruza con familiares, amigos, antiguos enemigos y completos desconocidos. Cada encuentro sirve para construir un retrato complejo y realista de un joven que, como tantos otros, lucha por encontrar estabilidad en su vida. A pesar de su pasado con la justicia, Oscar intenta redimirse: busca mantener su trabajo, ser un buen padre para su hija Tatiana, y reconstruir la relación con su novia y su madre.