
En 1971, en el corazón del campus de la Universidad de Stanford, se gestó uno de los experimentos más polémicos y reveladores sobre la naturaleza humana y el poder de las estructuras sociales. Bajo la dirección del psicólogo Dr. Philip Zimbardo, un grupo de voluntarios fue seleccionado para participar en un estudio que pretendía analizar el comportamiento humano dentro de un entorno carcelario simulado. Lo que comenzó como una investigación académica pronto se transformó en una pesadilla que dejó al descubierto los rincones más oscuros del alma humana.
La película que retrata este evento, basada en hechos reales, reconstruye fielmente los sucesos que ocurrieron en aquel sótano del Departamento de Psicología de Stanford. Los participantes, todos hombres jóvenes de clase media cuidadosamente seleccionados por su aparente equilibrio psicológico, fueron divididos aleatoriamente en dos grupos: prisioneros y guardias. Lo que siguió fue una escalada alarmante de abuso, humillación y pérdida de identidad.