
Nathan Bateman, un multimillonario programador, elige a Caleb Smith, un joven empleado de su empresa, para una experiencia única en un lugar apartado. Caleb recibe la invitación para pasar una semana en una lujosa residencia en medio de la naturaleza, sin contacto con el mundo exterior, bajo la premisa de participar en una prueba especial. Lo que en un principio parece una oportunidad exclusiva para alejarse de la rutina laboral pronto se convierte en algo mucho más misterioso y complejo.
El propósito detrás de esta invitación es que Caleb participe en un test sobre la última creación de Nathan: un robot humanoide con inteligencia artificial avanzada, diseñado para parecer y comportarse como una mujer. Este robot, llamado Ava, no solo está dotado de una apariencia física sorprendentemente realista, sino que también tiene una mente artificial capaz de aprender, adaptarse y, en teoría, interactuar como un ser humano. El test que Caleb debe realizar no se limita a evaluar las capacidades de Ava, sino que también incluye aspectos filosóficos y éticos de la inteligencia artificial.
Durante la semana de interacción, Caleb se enfrenta a una serie de conversaciones con Ava que desafían las convenciones sobre lo que significa ser consciente. A medida que va conociendo más sobre ella, el joven comienza a cuestionar si Ava, más allá de su programación, realmente tiene conciencia y emociones auténticas, o si solo está respondiendo de acuerdo con un algoritmo sofisticado. Este dilema plantea preguntas sobre la naturaleza de la mente humana y si una máquina avanzada podría alcanzar o incluso superar las capacidades cognitivas de las personas.