
En una noche de Año Nuevo cargada de promesas y festejos, un grupo de adolescentes decide celebrar de una manera única: abordando un tren con la intención de disfrutar de una fiesta itinerante mientras viajan por el paisaje nocturno. La idea de celebrar la llegada del nuevo año de una forma distinta, a bordo de un tren lleno de música, disfraces y risas, les parece la experiencia perfecta. Cada uno de ellos, con sus disfraces elaborados y su entusiasmo juvenil, se embarca en esta aventura con la esperanza de vivir una noche inolvidable. Sin embargo, lo que al principio parece ser una celebración alegre y desinhibida se transforma rápidamente en una pesadilla sangrienta.
A medida que el tren avanza por las vías, algo siniestro comienza a ocurrir. Los adolescentes, desprevenidos y con la euforia de la fiesta, no tardan en darse cuenta de que alguien los está acechando. Uno a uno, van cayendo víctimas de una serie de asesinatos escalofriantes. El peligro parece acechar desde las sombras del tren, y los jóvenes empiezan a sentirse atrapados en una telaraña mortal. La atmósfera festiva y el bullicio inicial se ven reemplazados por el pánico y la desesperación a medida que se hace evidente que entre ellos se esconde un asesino.
A medida que cada nuevo crimen ocurre, la tensión crece, y la paranoia se apodera de los supervivientes. La convivencia, antes marcada por la diversión, se torna en una batalla por la supervivencia. Nadie está a salvo, y los adolescentes deben enfrentarse no solo a la amenaza de la muerte, sino también a la desconfianza mutua. Los disfraces que antes los unían en un ambiente festivo ahora se convierten en símbolos de una tragedia inminente.