
En medio de un invierno gélido, una familia se aventura a pasar unos días en un hotel aislado, ubicado en una región desolada y alejada de la civilización. Lo que parece ser una simple escapatoria a la rutina diaria pronto se convierte en una pesadilla. A medida que la familia se instala en el lugar, una presencia oscura y misteriosa comienza a infiltrarse en sus vidas, desvelando secretos ocultos y trastornando la dinámica familiar.
El padre, un hombre común, comienza a experimentar un comportamiento cada vez más errático. Su agresividad aumenta y, bajo la influencia de una fuerza desconocida, se ve arrastrado por un impulso de violencia que pone en riesgo la seguridad de todos. Su comportamiento se vuelve más impredecible, y su familia, en particular su hijo, comienza a sospechar que algo no está bien en el hotel, como si la presencia que se oculta allí estuviera poseyéndolo y manipulando sus acciones.
El hijo, un niño con habilidades psíquicas excepcionales, es el único capaz de percibir la magnitud del peligro. A través de sus visiones, es testigo de aterradoras imágenes del pasado y el futuro del hotel, fragmentos de vidas perdidas y tragedias que parecen estar atrapadas entre las paredes de ese lugar olvidado por el tiempo. Estas visiones se vuelven cada vez más vívidas y perturbadoras, lo que aumenta la tensión en la familia, pues el niño trata de entender el significado de lo que está viendo mientras se enfrenta a su propio miedo y desesperación.
Mientras el padre se deja consumir por la fuerza maligna que parece habitar el hotel, el niño lucha por encontrar una forma de advertir a su familia y evitar que caigan en la trampa mortal que el lugar parece haber preparado para ellos. En este contexto, el hotel aislado se convierte en un personaje en sí mismo, un espacio sombrío que refleja las tensiones y los horrores del pasado, mientras su influencia sobre la familia los arrastra lentamente hacia el abismo de la locura y la muerte.