
La leyenda de la Bruja de Blair ha cautivado a generaciones de aficionados al terror y al misterio. Tras el fenómeno cultural que supuso The Blair Witch Project (1999), la secuela Book of Shadows: Blair Witch 2 (2000), dirigida por Joe Berlinger, exploró el impacto de la obsesión colectiva y las consecuencias de la mitología moderna.
La historia sigue a Jeff Donovan, un habitante de Burkittsville, Maryland, fascinado por los inquietantes sucesos en los bosques de Black Hills. Decidido a desentrañar el enigma, Jeff organiza una expedición con un grupo de compañeros universitarios, armados con cámaras y equipos para registrar cualquier anomalía. Su objetivo es encontrar respuestas definitivas sobre la desaparición de los tres cineastas de la primera película y comprobar si la leyenda es real.
Lo que comienza como una investigación metódica pronto se transforma en una pesadilla. Tras una noche en el bosque, los expedicionarios despiertan sin recuerdos de varias horas, sumidos en un estado de confusión y paranoia. A medida que experimentan visiones perturbadoras, encuentran símbolos extraños y enfrentan sucesos inexplicables, la línea entre realidad y delirio se desdibuja. La pregunta se hace inevitable: ¿es la bruja real o están perdiendo la razón?
A diferencia de su predecesora, Berlinger abandona el estilo de metraje encontrado para adoptar una narrativa más tradicional, sin sacrificar la atmósfera inquietante. La película juega con la percepción de la realidad, cuestionando no solo la veracidad de la leyenda, sino también el poder de los medios y la obsesión colectiva por lo paranormal.