
Hank Palmer es un exitoso abogado defensor de Chicago conocido por su astucia legal y su carácter implacable en los tribunales. Su vida gira en torno a ganar casos y mantener una imagen profesional impecable. Sin embargo, todo cambia cuando recibe una llamada que lo obliga a regresar al pequeño pueblo de su infancia: su madre ha fallecido. Lo que en principio parecía ser un viaje breve para asistir al funeral se convierte en una confrontación con un pasado que creía haber dejado atrás.
Al llegar a su ciudad natal, Hank se ve obligado a reencontrarse con su familia, en especial con su padre, Joseph Palmer, un juez veterano y respetado que, tras la muerte de su esposa, se muestra más reservado y emocionalmente distante. La relación entre ambos es tensa desde hace años. Joseph es un hombre estricto, de fuertes principios, cuya rigidez lo alejó de sus hijos, especialmente de Hank. El resentimiento mutuo que cargan convierte cada conversación en un campo de batalla silencioso.
Pero la verdadera sorpresa llega cuando Joseph se ve involucrado en un caso policial. El juez es acusado de haber atropellado mortalmente a un hombre, en un confuso incidente que genera dudas y especulaciones en la comunidad. Las pruebas apuntan hacia él, pero su avanzada edad, su historial de enfermedades y su creciente alcoholismo hacen aún más complicada la situación.