El universo de Saw continúa expandiéndose con cada nueva entrega, sumergiendo al público en un espeluznante mundo de intrincados juegos de vida o muerte. En esta nueva fase, el villano principal, conocido como Jigsaw, regresa con renovada determinación y una macabra serie de pruebas que pondrán a prueba la resistencia física y mental de sus víctimas. Este perturbador personaje, que se esconde bajo la figura de un hombre astuto y calculador, ha causado un sinfín de tragedias, y sus macabros juegos no parecen tener fin.
En esta ocasión, la historia comienza con un giro escalofriante: Jigsaw ha conseguido escapar una vez más, pero esta vez no lo ha hecho en solitario. El hombre que orquesta estas aterradoras pruebas ha encontrado una nueva aprendiz, Amanda (interpretada por Shawnee Smith), quien, tras haber sido parte de su retorcida visión en el pasado, ha decidido seguir sus pasos y ser la mano derecha de Jigsaw. El cambio de lealtades y la inclusión de Amanda en este oscuro mundo agrega una capa adicional de incertidumbre y tensión a la trama, dejando al público preguntándose hasta dónde llegará su implicación en los juegos del siniestro maestro.
Mientras tanto, la policía local está atrapada en una carrera frenética para encontrar y detener a Jigsaw. Los agentes, desconcertados por la naturaleza de los crímenes, se encuentran atrapados en una red de pistas envenenadas y giros inesperados que complican cada vez más su misión. La capacidad de Jigsaw para eludir la captura es sorprendente, y su inteligencia maquiavélica parece estar siempre un paso adelante, lo que convierte a cada nueva investigación en un verdadero desafío.
Pero, a pesar de los esfuerzos de la policía, hay dos víctimas que se convertirán en peones dentro del retorcido juego de Jigsaw: el Doctor Lynn Denlon (interpretada por Bahar Soomekh) y Jeff (Angus Macfayden), quienes no tienen idea de lo que les espera. Ambos se ven arrastrados a un siniestro escenario donde sus vidas penden de un hilo y deben enfrentarse a pruebas horribles que desafían su moralidad, su supervivencia y sus propias emociones. Jigsaw, con su mente retorcida, planea torturarlos no solo físicamente, sino también psicológicamente, como una forma de hacerlos enfrentarse a sus peores temores y arrepentimientos.
Este juego macabro no solo pone en juego la vida de las personas involucradas, sino que también plantea preguntas profundas sobre la naturaleza de la justicia, el castigo y el perdón. A través de las pruebas que les impone, Jigsaw desafía las nociones convencionales de lo que es correcto y lo que es incorrecto, forzando a las víctimas a tomar decisiones extremadamente difíciles, que no solo ponen en peligro sus vidas, sino también sus principios y valores.
En esta entrega, el sentido de la desesperación y el terror se intensifican a medida que se revelan más detalles sobre las motivaciones de Jigsaw y su nueva aprendiz. La película mantiene un ritmo tenso y angustiante, con giros inesperados y momentos que dejarán al público al borde del asiento, mientras los personajes luchan por escapar del laberinto de horror que Jigsaw ha preparado para ellos. Al final, la pregunta sigue siendo la misma: ¿quién será el siguiente peón en el macabro juego del hombre que juega con la vida y la muerte?