
En el corazón de los Apalaches, un padre y su hija sobreviven a un trágico accidente aéreo, quedando atrapados en un remoto paraje montañoso. Mientras luchan por su supervivencia, son rescatados por una pareja de ancianos que viven en una cabaña aislada, rodeados de la naturaleza. Estos viejos, aparentemente bondadosos, se encargan de cuidar de ellos, proporcionándoles remedios tradicionales y cuidados básicos. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, el padre empieza a sentirse incómodo y desconfiado con la actitud de la pareja, especialmente con las extrañas hierbas y rituales que emplean para tratar sus heridas y dolencias.
Aunque inicialmente agradecido por la ayuda, el padre comienza a notar detalles inquietantes en el comportamiento de los ancianos. Sus métodos para curar parecen estar más allá de lo que podría considerarse como medicina convencional. Las hierbas que le ofrecen tienen propiedades misteriosas, y los sueños del padre se llenan de visiones perturbadoras. En varias ocasiones, la hija parece mostrar signos de mejoría que no encajan con la lógica médica, lo que hace que el padre cuestione si los remedios tradicionales son realmente la causa de su sanación o si hay algo más oscuro y enigmático detrás de ellos.
El entorno selvático y la atmósfera opresiva contribuyen a alimentar la paranoia del padre. La constante vigilancia de los ancianos, sumada a la peculiaridad de sus prácticas, crea una creciente sensación de claustrofobia y desconfianza. A lo largo de la historia, el padre lucha con la decisión de seguir dependiendo de sus cuidadores, con el temor de que estos podrían tener intenciones ocultas, o si, por el contrario, están simplemente haciendo lo mejor que pueden en un contexto tan aislado y primitivo.