
Dani lleva en la sangre el amor por la música. Desde pequeño ha crecido entre partituras, instrumentos y melodías que marcaron la historia de su familia. Sin embargo, junto con ese legado artístico, también ha heredado un temor persistente: el miedo al fracaso. Tras ver cómo sus padres luchaban por sobrevivir con la música, Dani ha preferido optar por la seguridad. En lugar de arriesgarse a seguir su pasión, trabaja como camarero, viendo pasar los días desde la barra de un bar y dejando que su talento duerma en silencio.
Cada verano, Benidorm se transforma en un hervidero de vida artística. Músicos de todos los rincones del país llegan a la ciudad costera para actuar en bares, hoteles y salas de fiesta, llenando el ambiente de ritmos variados y sueños compartidos. Es en ese entorno efervescente donde Dani conoce a Sandra, una joven artista con una mirada distinta sobre el arte y la vida.
Sandra no ve la música como una condena o un sacrificio, sino como una forma de expresión, una necesidad vital. Ella no le teme al fracaso, sino al arrepentimiento de no haberlo intentado. Su visión honesta y valiente despierta algo en Dani: una inquietud que había logrado adormecer durante años. Poco a poco, Sandra se convierte en un espejo para Dani, reflejando todo lo que podría ser si dejara atrás el miedo y abrazara lo que verdaderamente ama.