
Inspirada en hechos reales, esta poderosa historia se sitúa en el corazón del Imperio Oyo durante los años 40, en el occidente de África. En una época en que las tradiciones marcaban el ritmo de la vida y la muerte, la figura de Elesin Oba —el jinete principal del rey— encarna el conflicto entre la obligación sagrada y los deseos humanos más profundos.
Según la cosmovisión yoruba, cuando un rey muere, no puede hacer su viaje al más allá en soledad. Su paso al reino de los ancestros debe ser acompañado por su servidor más cercano, quien se suicida ritualmente para seguirlo. Es un acto cargado de simbolismo, honor y conexión espiritual, considerado vital para asegurar el equilibrio entre los mundos.
Elesin Oba ha sido educado toda su vida para cumplir con esta misión. Su sacrificio es esperado, celebrado incluso, como la culminación de un ciclo de lealtad al trono. Sin embargo, en la víspera de su muerte ritual, algo cambia. En medio de la ceremonia que debería sellar su destino, Elesin se deja llevar por el deseo: se encapricha con una joven mujer del pueblo y pide casarse con ella antes de morir.