
A finales del siglo XIX, en el corazón de una sociedad marcada por la razón científica y los roles rígidos de género, surge la historia de Eugénie, una joven con un don tan extraordinario como temido: puede ver y escuchar a los muertos. En una época en la que cualquier desviación de lo considerado «normal» era rápidamente patologizada, su habilidad es percibida no como un don, sino como un síntoma de locura.
Al descubrir su secreto, su propia familia –atrapada en las convenciones sociales y temerosa del escándalo– decide actuar. Su padre y su hermano, figuras de autoridad incuestionable, la llevan sin su consentimiento a la clínica neurológica de La Pitié Salpêtrière en París. Este hospital, dirigido en esa época por el célebre doctor Jean-Martin Charcot, es conocido tanto por sus avances en neurología como por su inquietante tratamiento de mujeres diagnosticadas con histeria u otros trastornos mentales, muchos de ellos cuestionables bajo la luz actual.
Privada de libertad y marcada por un sistema que no comprende su sensibilidad ni su percepción del mundo, Eugénie enfrenta un entorno hostil, diseñado más para reprimir que para sanar. Sin embargo, en medio de este escenario opresivo, surge una inesperada conexión: Geneviève, una enfermera del hospital, cuya vida ha sido regida por la obediencia y el silencio institucional, se ve profundamente conmovida por la historia de la joven.