
Lanzada en 1982, E.T., el Extraterrestre sigue siendo considerada una de las grandes obras maestras del cine, cautivando a audiencias de todas las edades y trasciende generaciones. Dirigida por el legendario Steven Spielberg, esta película ha logrado mantenerse vigente en el corazón de los espectadores debido a su profunda carga emocional, su relato universal y su magistral combinación de elementos de ciencia ficción, aventura y drama.
La historia gira en torno a Elliott, un niño solitario que vive con su madre y hermanos en un suburbio estadounidense. La vida de Elliott da un giro inesperado cuando, una noche, se encuentra con un ser alienígena que ha quedado varado en la Tierra. El extraterrestre, que rápidamente recibe el nombre de E.T., es una criatura amable y vulnerable, con una apariencia entrañable que cautiva al espectador desde el primer momento.
Lo que comienza como un simple encuentro entre un niño y un ser extraño se transforma rápidamente en una historia de amistad y complicidad. Elliott y E.T. desarrollan una conexión profunda, casi telepática, que va más allá de las palabras y los gestos. A lo largo de la película, vemos cómo la relación entre ambos personajes evoluciona, enfrentándose a situaciones de peligro y emociones intensas, lo que le otorga un toque de tensión y suspense que mantiene al público al borde de su asiento.