
La historia se desarrolla años después de la batalla contra Majin Buu, cuando el universo disfruta de un periodo de paz. Sin embargo, esta tranquilidad se ve interrumpida por el despertar de Bills, el Dios de la destrucción, quien había estado dormido durante mucho tiempo. Al enterarse de que un saiyajin ha logrado derrotar a Freezer, Bills se embarca en una misión para encontrar a este guerrero, con la esperanza de hallar un adversario digno de su poder.
Mientras tanto, en el planeta Sagrado, Kibitoshin y Kaio Shin, el anciano, discuten telepáticamente con Kaiosama del Norte sobre el regreso de Bills. Se preguntan cuántos planetas destruirá esta vez en su búsqueda de equilibrio. Goku, que se encuentra entrenando en el planeta de Kaiosama, escucha la conversación y se siente emocionado por la posibilidad de enfrentar a un enemigo tan poderoso después de tanto tiempo sin un desafío real. La idea de un nuevo combate lo llena de entusiasmo.
Bills llega al planeta de Kaiosama y, al enterarse de la presencia de Goku, les pregunta si han oído hablar de un «Dios super saiyajin». Goku, ansioso por medirse con este nuevo rival, no hace caso a las advertencias de Kaiosama sobre los peligros que representa enfrentarse a Bills. Convencido de que podrá derrotarlo, Goku se lanza al combate sin pensarlo dos veces. Sin embargo, pronto se da cuenta de la enorme diferencia de poder entre ellos. En un abrir y cerrar de ojos, Bills derrota a Goku, dejando claro que el saiyajin subestimó la magnitud de su enemigo. Este enfrentamiento marca el inicio de una nueva amenaza para el universo, con Goku reflexionando sobre la verdadera fuerza de Bills.