
En el siglo XV, Vlad Tepes, príncipe de Valaquia, se ve forzado a tomar una decisión que marcará su destino para siempre. Frente a la amenaza constante del Imperio Otomano, que busca expandir su dominio en Europa, Vlad se enfrenta a un dilema crucial: defender su tierra y su gente a costa de su propia humanidad. Con el Imperio Otomano liderado por Mehmed II a las puertas de su reino, Vlad se encuentra superado por la magnitud de la invasión inminente.
Desesperado por encontrar una forma de detener el avance del ejército otomano y salvar a su pueblo, Vlad toma una decisión extrema. Recibe un poder oscuro y sobrenatural, que le otorga fuerza sobrehumana y la habilidad de infundir miedo en sus enemigos. A cambio, renuncia a su humanidad, convirtiéndose en una criatura más allá de los límites mortales. Este sacrificio lo convierte en un ser inmortal y temido, pero también lo separa de la humanidad que juró proteger.
Como resultado, Vlad se transforma en una figura temida y controversial. Su sed insaciable de poder y su brutalidad en el campo de batalla lo hacen conocido por su despiadada defensa de Valaquia, pero también lo alejan de aquellos que antes lo veneraban. Los pueblos que alguna vez fueron sus aliados comienzan a verlo como un monstruo, temeroso de su ira y su naturaleza oscura.
A medida que Vlad lidera a su ejército para resistir la invasión otomana, se enfrenta a una creciente lucha interna. Mientras combate por su gente, también debe lidiar con la transformación que ha sufrido. La distancia entre él y su humanidad se vuelve más profunda, y la soledad lo consume. En su búsqueda por salvar a su tierra, Vlad paga el precio de una existencia eterna marcada por la guerra, la culpa y la monstruosidad.