
Adonis Johnson creció sin conocer a su padre, pero su sombra lo acompañó toda la vida. Hijo del legendario campeón mundial de peso pesado Apollo Creed, Adonis nunca tuvo la oportunidad de compartir ni una sola palabra con él, ya que Creed murió antes de que su hijo naciera. Aun así, algo más fuerte que los lazos de sangre parecía estar impreso en su destino: el boxeo.
A pesar de no haber sido criado en el mundo del deporte, Adonis siente que lleva la lucha en la sangre. Las historias de los grandes combates, los movimientos en el ring y la gloria de la victoria son parte de su identidad. Movido por una pasión interna y el deseo de forjar su propio nombre, Adonis toma una decisión crucial: dejar atrás su vida cómoda y encaminarse hacia Filadelfia, ciudad emblemática en la historia del boxeo y, sobre todo, clave en la historia de su padre.
Filadelfia no es solo una ciudad más en el mapa; es el lugar donde su padre, Apollo Creed, libró una batalla histórica contra un desconocido pero tenaz boxeador local llamado Rocky Balboa. Aquella pelea se convirtió en leyenda, no solo por lo que significó para el boxeo, sino por el vínculo humano y el respeto que nació entre los dos pugilistas. Siguiendo esa misma ruta, Adonis busca conectarse con sus raíces y, al mismo tiempo, abrir su propio camino.