Claudia muere justo el día en que David, su novio, planeaba entregarle el anillo de compromiso. En ese preciso momento, Miguel, el Ángel de la Muerte, llega para guiarla al siguiente plano dimensional. Sin embargo, Claudia se niega rotundamente a aceptar su destino y decide escapar. Determinada a seguir con su vida como si nada hubiera cambiado, Claudia causa una serie de problemas tanto en el cielo como en la vida de David. Su resistencia genera una cascada de irregularidades en la burocracia celestial y desordena la existencia de quienes la rodean.
Miguel, frustrado por la situación, enfrenta el desafío de hacer que Claudia acepte su nueva realidad mientras debe reparar las anomalías que ella ha causado. Para enfrentar este caos, Miguel solicita la ayuda de otro ángel. A pesar de los esfuerzos conjuntos, parece que sus habilidades no serán suficientes para resolver la situación. La intervención de Miguel y su colega se convierte en una carrera contra el tiempo para restablecer el orden y ayudar a Claudia a comprender su verdadero destino.