
Siete años después de haber sido forzado a abandonar su puesto en el Departamento de Policía de Nueva York, el exdetective Billy Taggart vive una existencia alejada de los focos, trabajando como investigador privado. Su salida de la fuerza se produjo tras un tiroteo polémico que lo dejó marcado profesional y emocionalmente. Aunque declarado inocente, las circunstancias que rodearon aquel hecho dejaron una mancha imborrable en su historial, empujándolo al margen de la justicia oficial.
Cuando el alcalde de Nueva York, Nicholas Hostetler, le ofrece un trabajo aparentemente sencillo —seguir a su esposa Cathleen bajo la sospecha de una posible infidelidad—, Taggart ve en ello una oportunidad de redención, una forma de volver a sentirse útil, quizá incluso de limpiar su nombre. Sin embargo, lo que comienza como una simple investigación matrimonial da un giro oscuro cuando el supuesto amante de la primera dama aparece asesinado.
De pronto, lo que parecía un caso sin complicaciones se convierte en una red compleja de engaños, intereses ocultos y poder mal empleado. Taggart, hombre acostumbrado a caminar por los bordes de la ley, se encuentra atrapado en una telaraña de corrupción que va mucho más allá de una infidelidad. Las pistas lo llevan a descubrir que su rol en todo este asunto no es el de un simple observador, sino el de un peón cuidadosamente posicionado dentro de una jugada política de alto nivel.