
Darryl y su esposa, sin pensarlo dos veces, acogen a este “bebé” en su hogar, creyendo que están haciendo una buena acción. Lo que no saben es que, en realidad, están cuidando a un adulto fugitivo de la ley. Mientras tanto, Percy P. (Tracy Morgan), el socio de Calvin, está tratando de ayudarlo a recuperar un diamante robado, lo que complica aún más la situación. Percy no sólo debe lidiar con la desaparición de su compañero, sino que también intenta que el plan del diamante siga en marcha, mientras las cosas se salen de control.
El caos se desata cuando Darryl y su esposa se dan cuenta de que el niño que han adoptado no es quien pensaban. En lugar de un bebé vulnerable, tienen a un adulto con un pasado criminal que, además, está involucrado en un robo. Los intentos de Calvin por escapar de la policía y recuperar el diamante perdido se ven continuamente frustrados por la confusión que provoca su apariencia infantil, mientras que Darryl, totalmente ajeno a la situación, sigue creyendo que está cuidando a un niño huérfano.