
La historia de James Bond, uno de los personajes más icónicos del cine y la literatura de espías, da un giro fundamental con Casino Royale, una película que explora los orígenes del famoso agente 007. En esta entrega, el público es testigo de la primera misión de Bond tras obtener el codiciado estatus de “00”, que le otorga una licencia para matar. Lejos de la sofisticación habitual a la que está acostumbrado, Bond se enfrenta a un mundo peligroso y ambiguo que pondrá a prueba tanto su temple como su humanidad.
La trama nos lleva a Montenegro, donde Bond debe participar en un exclusivo y arriesgado torneo de póquer en el lujoso Casino Royale. Su objetivo no es simplemente ganar dinero, sino derrotar a Le Chiffre, un banquero que administra fondos para redes terroristas internacionales. Le Chiffre, desesperado por recuperar el dinero perdido tras una inversión fallida, ve en el juego de cartas su única oportunidad de redención. Pero para Bond, esta misión no es solo una cuestión de estrategia o suerte, sino una operación vital para desmantelar una peligrosa red de financiación criminal.
El desarrollo de la historia revela una faceta más vulnerable y humana de James Bond. A través de su relación con Vesper Lynd, una agente del Tesoro británico asignada para supervisar los fondos del gobierno en el torneo, Bond se enfrenta a emociones que había mantenido enterradas. La conexión entre ambos va más allá de la típica dinámica romántica de las películas anteriores de la saga: aquí, Bond debe lidiar con la confianza, el sacrificio y la traición, elementos que lo marcarán profundamente y definirán su evolución como espía.