
Carrie White es una adolescente solitaria, marcada por una vida de marginación y abuso emocional tanto en su entorno escolar como en su propio hogar. Su historia es un retrato oscuro de cómo el acoso constante y la represión emocional pueden desencadenar consecuencias devastadoras. En el colegio, Carrie es objeto de burlas crueles por parte de sus compañeros, quienes no muestran compasión ante su inseguridad y fragilidad. Criada por una madre fanática religiosa, su vida está regida por el miedo y la culpa, lo que la mantiene aislada del mundo y sin herramientas para enfrentarse a una sociedad hostil.
Sin embargo, lo que nadie imagina es que Carrie posee una capacidad extraordinaria: poderes psíquicos latentes que comienzan a manifestarse de manera incontrolable cuando sus emociones alcanzan el punto de ebullición. La ira, el miedo y la humillación se convierten en el catalizador de una fuerza sobrenatural que ha estado dormida en su interior.
El punto de quiebre llega durante el esperado baile de graduación, una noche que se suponía sería su oportunidad de redención y aceptación. Por primera vez, Carrie experimenta la ilusión de ser una adolescente «normal», invitada por uno de los chicos más populares del instituto. Sin embargo, la aparente felicidad se transforma rápidamente en pesadilla. Víctima de una broma macabra orquestada por sus agresores, Carrie es humillada públicamente en el momento más vulnerable y simbólicamente significativo de su vida.