
Bridget Jones regresa con nuevas aventuras en una secuela que mezcla humor, drama y situaciones insólitas. Interpretada nuevamente por Renée Zellweger, la entrañable Bridget parece haber encontrado la estabilidad sentimental junto a Mark Darcy, el encantador y correcto abogado encarnado por Colin Firth. Tras dejar atrás su relación con el encantador pero tóxico Daniel Cleaver (Hugh Grant), todo parece marchar bien. Sin embargo, como ya es tradición en la vida de Bridget, nada permanece en calma por mucho tiempo.
La aparición de Rebeca, una elegante y enigmática compañera de trabajo de Mark, siembra la semilla de la desconfianza y provoca una serie de malentendidos que amenazan con desmoronar su relación. Bridget, vulnerable y con su autoestima en constante vaivén, empieza a cuestionar su lugar en la vida de Mark, lo que desencadena una nueva serie de decisiones impulsivas y momentos embarazosos, siempre narrados con su característico sentido del humor.
Para complicar aún más las cosas, Daniel Cleaver vuelve a cruzarse en su camino. Esta vez, como su compañero en un programa de televisión, reavivando viejas tensiones, aunque también cierta chispa que nunca desapareció del todo. Esta dinámica, lejos de resolverse de forma sencilla, desemboca en un viaje a Tailandia que cambiará todo. Lo que prometía ser una aventura exótica, termina con Bridget tras las rejas, en una cárcel extranjera, enfrentando una de las situaciones más extremas de su vida.