Una joven, quien por casualidad presencia el ataque violento a una mujer, se ve sumida en un estado de shock profundo que la deja catatónica. La imagen de lo que acaba de presenciar no deja de repetirse en su mente, como una pesadilla interminable que le resulta imposible de procesar. Mientras intenta comprender lo sucedido, su mente se ve atrapada entre el horror y la confusión, sin lograr encontrar una forma coherente de encajar esa cruel realidad.
A lo largo de la historia, la protagonista atraviesa un proceso interno doloroso en el que las emociones se mezclan con pensamientos caóticos. Su vida cotidiana se ve alterada por la constante presencia de esa escena en su memoria, lo que le dificulta interactuar con el mundo que la rodea. La joven se enfrenta a una lucha interna entre la necesidad de entender y hacer algo al respecto, y la incapacidad de procesar el trauma que ha experimentado. Su mente busca respuestas, pero en lugar de encontrar consuelo, solo encuentra más preguntas.
El peso de lo vivido comienza a afectar todos los aspectos de su existencia, desde su comportamiento hasta sus relaciones interpersonales. El miedo y la angustia se apoderan de ella, dejándola atrapada en un laberinto emocional del que parece no poder escapar. Sin embargo, mientras se ve arrastrada por la confusión, también se enfrenta a una decisión crucial: debe encontrar la fuerza para confrontar el dolor y tratar de darle sentido a lo que ha ocurrido, o seguir adelante viviendo bajo la sombra de esa traumática experiencia.
En su camino, la protagonista descubre que enfrentarse al dolor no siempre significa obtener respuestas inmediatas, pero sí es un paso hacia la recuperación y el entendimiento. La historia es un retrato del impacto devastador que un evento traumático puede tener en una persona, y de la valentía necesaria para enfrentar el sufrimiento, para encontrar, eventualmente, un camino hacia la sanación.