En un futuro lejano, donde el caos y la desolación dominan el paisaje, la humanidad se enfrenta a su extinción, no solo física, sino también cultural. En este sombrío escenario, un hombre solitario llamado Killy se embarca en una misión crítica: rescatar una civilización en vías de desaparición, una tarea que podría significar la última esperanza para salvar el legado de la humanidad. Esta es la premisa de Blame!, una obra de ciencia ficción escrita por Tsutomu Nihei, que se publicó entre 1998 y 2003. A lo largo de sus 10 volúmenes, Blame! no solo presenta un mundo futurista aterrador, sino que también reflexiona sobre el impacto de la tecnología en la sociedad humana y la alienación que puede resultar cuando el progreso pierde su conexión con los valores humanos esenciales.
La historia de Blame! se desarrolla en un futuro tan distante que la humanidad ha perdido casi toda su capacidad para comunicarse y entenderse, dejando atrás solo vestigios de una civilización antigua. La tecnología ha avanzado a tal nivel que ha escapado al control de los humanos, despojando a las personas de sus propias identidades y capacidades. El mundo está poblado por seres humanos, pero su existencia se ve cada vez más marginada por el entorno tecnológico que los rodea, un entorno que parece tener vida propia y se expande sin cesar. En este futuro, las ciudades se han transformado en laberintos colosales de concreto y metal, donde las estructuras y redes tecnológicas se multiplican de manera infinita, y las personas viven como sombras de lo que una vez fueron.
En medio de este desolado paisaje, Killy, el protagonista, es un solitario y misterioso hombre armado con un rifle capaz de abrirse paso a través de las complejas capas de un mundo cada vez más hostil. A pesar de su apariencia fría y su actitud distanciada, Killy tiene una misión muy clara: encontrar y salvar a los últimos humanos que aún podrían poseer el gen necesario para acceder a la red global, una tecnología perdida que tiene el poder de restaurar el orden y evitar la extinción total. Su búsqueda lo lleva a través de territorios peligrosos, plagados de monstruos cibernéticos y estructuras desmoronadas que parecen desafiar las leyes de la física.
A lo largo de la historia, Blame! no solo es un relato de acción y aventura, sino también una profunda reflexión sobre la alienación tecnológica. Los humanos en este futuro no solo han sido desplazados por la tecnología, sino que también han perdido su capacidad para comprender y manejar las herramientas que ellos mismos crearon. Esta desconexión con el entorno y entre los individuos subraya una crítica a una sociedad demasiado dependiente de los avances tecnológicos sin un entendimiento real de sus consecuencias. Killy, en su solitaria misión, es un reflejo de esa desconexión: aunque es capaz de enfrentarse a cualquier amenaza tecnológica, su tarea es, al mismo tiempo, un viaje hacia la reconstrucción de los lazos humanos perdidos.