
Damian Wayne, el hijo biológico de Bruce Wayne, ha sido entrenado desde una edad temprana para ser una máquina de combate. Criado por la Liga de Asesinos bajo la tutela de su abuelo Ra’s al Ghul, Damian ha sido moldeado en un guerrero imparable. Sin embargo, al unirse a la lucha contra el crimen en Gotham City como el joven Robin, se encuentra con un dilema que le genera gran conflicto: la regla que su padre, Batman, le ha impuesto sobre no matar. Esta norma, que se ha convertido en el principio fundamental de la moral de Bruce Wayne, es algo con lo que Damian lucha constantemente, ya que su naturaleza impetuosa y la brutalidad de su formación lo empujan hacia una visión más radical de la justicia.
La problemática moral de Damian se intensifica con la creciente violencia en Gotham. La ciudad, siempre al borde del colapso, atraviesa uno de sus momentos más oscuros. En este contexto, se presentan nuevas amenazas que desafían no solo la seguridad de la ciudad, sino también los principios éticos de los héroes que la protegen. Entre estas amenazas, destaca la figura aterradora de Dollmaker, un villano obsesionado con la mutilación y que maneja una serie de marionetas humanas, creando caos y desesperación en las calles de Gotham. La brutalidad de Dollmaker y la gravedad de sus crímenes llevan a Damian a preguntarse si la regla de «no matar» puede seguir siendo una opción viable en un entorno tan implacable.
Mientras tanto, en las sombras de Gotham, una amenaza aún más secreta y antigua emerge: la Corte de los Búhos. Esta organización clandestina, que ha estado manipulando los hilos de la ciudad durante siglos, pone en peligro todo lo que Batman y sus aliados han luchado por proteger. La Corte representa una versión aún más siniestra y calculadora de la corrupción, y su influencia sobre Gotham pone a prueba la determinación de todos los héroes, incluyendo a un joven Robin que comienza a cuestionarse los métodos de su padre.