
En una ciudad metropolitana donde la modernidad contrasta con la vulnerabilidad de su infraestructura, el miedo se apodera de los habitantes cuando una serie de apagones empiezan a revelar algo mucho más siniestro que simples fallos eléctricos. En la oscuridad, un asesino en serie conocido como «El asesino de Picasso» siembra el terror, aprovechando cada corte de energía para actuar con impunidad.
Este enigmático criminal ha dejado su huella en la escena del crimen con un macabro sello artístico que recuerda a los cuadros del pintor español: rostros desfigurados, cuerpos dispuestos como si fueran parte de una instalación surrealista y una firma imposible de ignorar. La policía se encuentra desbordada, sin pistas claras ni sospechosos concretos, mientras la paranoia se extiende como un virus por todos los rincones de la ciudad.
La historia da un giro intenso cuando, durante uno de estos apagones, siete personas quedan atrapadas en un edificio de oficinas. Lo que parecía una noche común de trabajo se convierte rápidamente en una pesadilla. Entre los atrapados se encuentra Christie Wallace, una mujer que guarda un secreto crucial: es la única persona que ha visto el rostro del asesino y sobrevivido para contarlo.
A medida que la tensión crece y las luces no regresan, los desconocidos atrapados en el edificio deben enfrentarse no solo al miedo y la desconfianza mutua, sino también al acecho de una presencia mortal que podría estar entre ellos. El asesino sabe que Christie está allí, y hará todo lo posible por silenciarla antes de que pueda revelar su identidad.