
En una tranquila localidad estadounidense, la rutina monótona y melancólica de Adele, una madre soltera que lucha contra la depresión, se ve interrumpida por un encuentro inesperado que marcará un antes y un después en su vida y en la de su hijo Henry. En un giro repentino del destino, madre e hijo se cruzan con un hombre herido, de aspecto intimidante, que les pide ayuda desesperadamente. A pesar del miedo inicial, algo en su mirada persuade a Adele de ofrecerle un aventón.
Lo que Adele y Henry no saben al principio es que el desconocido es Frank, un convicto recientemente fugado, que ahora es el blanco de una intensa persecución policial. A medida que pasan las horas y los días, el vínculo entre los tres comienza a fortalecerse, mientras la tensión externa crece y el cerco de las autoridades se estrecha. Sin embargo, lo que podría haberse convertido en una historia de miedo y violencia, se transforma en una conmovedora exploración del perdón, la conexión humana y la posibilidad de redención.
Frank, lejos de ser el criminal despiadado que los titulares anuncian, demuestra una sensibilidad inesperada. A través de gestos cotidianos —cocinar, reparar cosas del hogar, compartir historias del pasado— logra ganarse la confianza de Henry y tocar profundamente a Adele, quien poco a poco empieza a recuperar la esperanza y el deseo de vivir. El hogar, anteriormente marcado por el silencio y la tristeza, se llena de nuevas emociones, despertando sentimientos olvidados y abriendo la puerta a un amor improbable.