En un rincón apartado del vasto Reino Demoníaco, los ecos de los rumores sobre las recientes hazañas de Goku empiezan a extenderse rápidamente. Su nombre resuena entre los habitantes de este misterioso y peligroso lugar, cuyos rumores sobre lo sucedido en el Tercer Mundo Demoníaco se vuelven cada vez más frecuentes y especulativos. Goku, conocido por sus imponentes habilidades y por haberse enfrentado a numerosos desafíos a lo largo de su vida, no es ajeno a ser el centro de atención. Sin embargo, esta vez el interés por él no proviene de sus amigos o enemigos habituales, sino de un sector mucho más turbio: los demonios y delincuentes del Reino Demoníaco.
Todo comienza después de un evento que ocurrió en el Tercer Mundo Demoníaco, un lugar desconocido para muchos, pero donde Goku tuvo una serie de confrontaciones con seres oscuros y poderosos. Este mundo, lleno de magia negra y criaturas malévolas, está plagado de fuerzas que podrían poner en peligro incluso a los guerreros más poderosos. Aunque Goku logró superar los retos que allí se le presentaron, no pasó desapercibido para los demonios y bandidos de la región. Pronto, las historias sobre sus hazañas y su enfrentamiento con poderosos enemigos comenzaron a circular, y con ellas, la noticia de su presencia en el Reino Demoníaco.
A medida que los rumores sobre Goku se expanden, su nombre se convierte en una fuente de tanto fascinación como preocupación. En este contexto, el guerrero decide actuar con cautela para evitar que su fama provoque más problemas de los que podría manejar. Goku sabe que el Reino Demoníaco no es un lugar para ser reconocido fácilmente, ya que se enfrenta a amenazas de todo tipo. Para evitar ser identificado y meterse en conflictos innecesarios, decide adoptar una estrategia sencilla pero efectiva: se disfraza. Utilizando su ingenio, se camufla en el bullicio de un hotel local, esperando que su identidad pase desapercibida entre la multitud.
A pesar de sus esfuerzos por mantenerse oculto, las cosas no salen como Goku esperaba. Su disfraz, aunque ingenioso, no es suficiente para engañar a los ladrones que rondan el hotel. Estos bandidos, siempre atentos a cualquier oportunidad para saquear o extorsionar a los viajeros, pronto reconocen a Goku gracias a sus características inconfundibles. Aunque él no es el tipo de persona que busca pelea, los ladrones no dudan en intentar sacar provecho de la situación. Este inesperado encuentro pone a Goku en una situación peligrosa, ya que debe enfrentarse a un grupo de delincuentes sin revelar toda la extensión de sus habilidades.
Lo que comienza como un intento de evitar problemas rápidamente se convierte en una confrontación en la que Goku tiene que usar su astucia y fuerza para deshacerse de los ladrones sin causar un escándalo que atraiga la atención de fuerzas más poderosas en el Reino Demoníaco. A pesar de ser un guerrero formidable, Goku demuestra que a veces la violencia no es la única respuesta, y que incluso en un lugar lleno de caos y peligro, la estrategia y la discreción son tan importantes como la fuerza bruta.