
En un mundo dividido por la Guerra Fría, donde la desconfianza entre potencias es la norma, una amenaza silenciosa surge desde las profundidades del océano. Dos submarinos nucleares —uno británico y otro soviético— desaparecen sin dejar rastro. Lo que en principio parece un accidente aislado pronto revela una conexión inquietante: ambos casos apuntan hacia un enemigo común y despiadado. Para enfrentar esta crisis global, los servicios secretos de Reino Unido y la Unión Soviética se ven obligados a colaborar. Así nace una alianza tan improbable como necesaria: James Bond y la Mayor Anya Amasova.
Bond, el emblemático agente del MI6, es conocido por su ingenio, su audacia y su licencia para matar. Amasova, por su parte, es una agente soviética de elite, brillante estratega y tan letal como elegante. Aunque al principio trabajan con desconfianza mutua, pronto comprenden que solo trabajando juntos podrán desentrañar el complot que amenaza con destruir el mundo.
La pista los lleva hasta Karl Stromberg, un magnate excéntrico y multimillonario con una visión apocalíptica del futuro. Obsesionado con la vida submarina, Stromberg ha concebido un plan siniestro: provocar una guerra nuclear entre las principales potencias para acabar con la humanidad y, desde las ruinas, construir una nueva civilización bajo el mar. Para lograrlo, ha secuestrado submarinos nucleares con capacidad para lanzar misiles intercontinentales, convirtiéndolos en instrumentos de su locura.