
Durante el turbulento periodo Sengoku en Japón, una época marcada por el caos, los enfrentamientos entre clanes y la constante lucha por el poder, se desarrolla una historia profundamente humana sobre la redención, el deber y la búsqueda de un propósito. En este escenario aparece un misterioso ronin conocido únicamente como Nanashi, que en japonés significa “sin nombre”. Este guerrero errante, cargado con un pasado doloroso y un alma atormentada, ha decidido no volver a empuñar su espada, marcada por un trauma que revive cada noche en forma de pesadillas.
El encuentro fortuito de Nanashi con un niño llamado Kotarou y su perro Tobimaru en un templo abandonado cambia el rumbo de su vida. Kotarou es un niño huérfano, sin más compañía que su fiel mascota, que huye de una organización militar secreta de origen chino. Sin comprender del todo por qué es perseguido, Kotarou contrata a Nanashi como su guardaespaldas, iniciando así un viaje en el que ambos, aunque de mundos distintos, aprenden a confiar y depender el uno del otro.